Serie Documental Romper el Silencio – No parimos hijos para la guerra: Relato de un falso positivo

Duración: 11:08
Ana Páez, integrante de la Fundación Madres de Falsos Positivos de Soacha y Bogotá (MAFAPO), narra la desaparición de su hijo Eduardo Garzón Páez, de 32 años y padre de tres hijos. El caso de Eduardo y otros jóvenes desaparecidos en la localidad de Soacha, dio a conocer la práctica sistemática del ejército colombiano, de ejecutar extrajudicialmente civiles para pasarlos como bajas en combate (“falsos positivos”). Existen 6.400 casos documentados. Las Madres de Soacha siguen utilizando el arte, las telas, los tejidos y las fotos para presionar el esclarecimiento de esos casos.
En el año 2000, las fuerzas armadas comenzaron un proceso de fortalecimiento y modernización que resultó en golpes significativos contra las guerrillas, lo que aumentó la percepción de seguridad y la confianza en las fuerzas armadas por parte de la población. Sin embargo, surgió un problema relacionado con la política de seguridad democrática del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, que evaluaba el desempeño de las unidades militares en función de la cantidad de bajas en combate de guerrilleros. Esta medida generaba presión sobre los militares, pero también ofrecía incentivos económicos, condecoraciones y ascensos si lograban mostrar resultados en combate.
A pesar de los esfuerzos de organizaciones de víctimas como las Madres de Soacha, la verdad sobre estos crímenes sigue incompleta. En el marco de la Justicia Especial para la Paz (JEP), las víctimas han podido conocer más detalles sobre lo sucedido, pero la lucha por la verdad y la justicia continúa.
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Información enviada a la Iniciativa de Comunicación por la Fundación Imaginario.
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